Conservadores y Liberales

¿Quiénes son los más interesados en que las cosas sigan como están?, ¿a quienes les conviene que nada se mueva?
Ayer aparecieron en varios medios de comunicación sendos desplegados de apoyo y reconocimiento al triunfo de Javier Duarte, firmados por empresarios, por políticos, por personas que no tienen grandes problemas económicos.

Y por otro lado ¿A quienes les interesa que las cosas cambien?, Claro que a los candidatos perdedores, pero que cambien de partido en el gobierno y nada más, pero la gente de las colonias, las que no tienen un trabajo seguro, las personas a las que el salario no les alcanza para nada, las que tienen que sufrir que sus hijos asistan a una escuela cuyo edificio se encuentra en malas condiciones.
También les convendría un cambio a aquellas personas que sufren de inundaciones cada temporada de lluvias, y a todos aquellos ciudadanos que no viven con la calidad deseada, los que desde siempre les han prometido que, ahora sí, mejorarán su situación.
O sea que hay intereses. A un sector de la ciudadanía le conviene que las cosas sigan como están y a otro sector les gustaría ver un cambio sustancial que mejoraran sus condiciones de vida.
Y esto poco tiene que ver con la política partidista, aunque muchos trabajadores se suman a fuerzas a un determinado equipo pues así garantizaría algún ingreso, pero luego de la campaña volverá a su triste normalidad.
Cambio ciudadano
Lo que arrojan las elecciones del pasado domingo, es que cualquiera de los candidatos que hubiere triunfado, no le garantiza un cambio a quienes les urge, a pesar de las promesas y los regalos hechos.
Muchos ya tienen una camiseta más que usarán hasta que les regalen otra, pues no cuentan con recursos para renovar guardarropa.
Pero lo definitivo para la ciudadanía, es que el cambio no lo hará ningún candidato triunfador, no se hará a base de programas oficiales, no por el bondadoso deseo del funcionario en turno.
El cambio tendrá que hacerlo el ciudadano, si de por sí no tiene mucho que perder, deberá arriesgar más.
Se está viendo que el candidato inconforme arriesga el pellejo de sus seguidores y éstos toman la carretera, invaden las calles, bloquean accesos en una lucha que no es de ellos, es de un pequeño grupo que busca empoderarse para llevar al cabo sus planes donde no están incluidos los beneficios que esperan colonos y trabajadores.
Por eso, el ciudadano debe observar que su participación debe ser para ganar beneficios para el grupo al que pertenece y no para el grupo del candidato.
¿Y cómo se puede lograr esto? La respuesta es sencilla aunque implementarlo es más difícil.
Siempre se pide que el ciudadano razone su voto, pero no lo hace. Se deja llevar por la corriente y luego de la elección, no pasa nada y pareciera que el ciudadano jodido no se diera cuenta y sigue en el juego defendiendo una causa que no es la suya.
Trabajo partidista
En una ocasión, Federico Carrera, cuando era representante del Partido del Trabajo (PT) dijo que estaba a la espera de ver qué candidato lanzaba el PRI para ver si lo apoyaban.
Se le cuestionó el por qué no realizaban su trabajo político y lanzar a su propio candidato. Dijo que no, que así estaba bien, pues la dieta que el partido le enviaba para realizar ese trabajo, lo tomaba como su salario.
Y eso hacen muchos que se dicen políticos, son rémoras que medran con las migajas del gran partido, no tienen ninguna intención de luchar por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Ningún partido, a excepción del PRI tiene presencia entre la ciudadanía. Hay pendiente una asignatura de los llamados partidos de izquierda, un trabajo constante en las colonias marginadas, promoviendo, gestionando, planteando, obligando a las autoridades a volver la vista hacia esos lugares.
Pero no les interesa esa parte, es el trabajo hormiga e ingrato, consiste en asolearse, en caminar, empolvarse los zapatos y la ropa, aguantar malos olores y eso, pues no. Prefieren estar e la comodidad del aire acondicionado en el café especulando sobre quién ganará las elecciones.
Ignorancia útil
De eso se aprovechan los partidos con una estructura más fuerte y un a vez empoderados, procuran que la ciudadanía se mantenga como está, mantenerla en la ignorancia es parte del juego, pues el ciudadano ignorante de sus derechos, jamás los reclamará, ignorante de que como ser humano debe llevar una vida más digna, pues cómo defenderse, ignorante de las leyes que le protegen, ¿cómo denunciar?
Entonces, lo primero que se debería hacer es combatir la ignorancia en todos sus sentidos, llevar información a la ciudadanía para que conozcan la forma en que debería funcionar el país, la sociedad. Debe la gente conocer a sus funcionarios y sus representantes, pero no el currículum oficial que el mismo gobierno publica, sino conocerlos en sus acciones, en su desarrollo político y en el compromiso real que tenga ese funcionario con la gente que votó por él.
La gente debe promover los cambios de leyes y no sólo los diputados y senadores, la gente debe participar más en el lugar donde vive para evitar que sucedan conflictos pos electorales y se manifiesten los aviesos intereses de los políticos.
Definitivamente, la participación ciudadana debe promoverse pero no desde el gobierno. Es una tarea de los líderes sociales de verdad y es una obligación de cada individuo tratar de mejorar su condición de vida, pues los que en este momento tiene resuelto su problema, no les conviene que las cosas cambien.
Hoy, el país y la sociedad mexicana viven una relación como hace 200 años, por un lado están los que prefieren dejar las cosas como están, o sea los COSERVADORES y aquellos que desean un cambio para mejorar todos, y se les llamaba LIBERALES.
Recuerden a Benito Juárez, los liberales ganaron.

Comentarios: mexmel@gmail.com

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